La primera novela de Pérez Reverte llegó a mis manos una Navidad de hace unos cuatro o cinco años, quizá una edad poco recomendable para hacer frente a una obra como esta, pues me resultó pesada, difícil de leer, a pesar de ser un libro no muy extenso, tardé bastante en leerlo, y debo decir que en esa primera lectura me decepcionó un poco, pues esperaba la pluma ligera e intrigante de otra de sus obras posteriores que acababa de terminar de leer, La Tabla de Flandes, que sencillamente es maravillosa.
Sin embargo, aunque relegué esta novela al fondo de mi estantería, no hace poco la "redescubrí", me animé a leerla de nuevo, esta vez intentando deseschar las comparaciones entre obras, y centrándome en la rica descripción de cada uno de los detalles de la vida de las tropas francesas en España durante la invasión napoleónica, pues ése es el argumento central, los días de batalla de un joven húsar del ejército francés, deseoso de entrar en batalla cuanto antes frente a los habitantes del sur de España y sus pequeñas guerrillas y milicias, las cuales eran menospreciadas por el gran ejército galo mientras aguardaban impacientes la hora de desplegar toda su grandiosidad en el campo de batalla.
Cada página era un relato que por fuerza te imbuía de la imagen costumbrista de los pobladores de los antiguos municipios cordobeses, de las serranías del sur, y sin embargo conseguía que, siendo como soy española, sintiera totalmente realista la descripción que un francés hacía de mi tierra, y eso me cautivó, hizo que cada vez más deseara como ellos la batalla, saber si el autor describiría con ese lujo de detalle el enfrentamiento, tal y como llevaba haciendo con la vida de españoles, franceses, su ejército y en concreto, del cuerpo de Húsares, centrándose en los temerosos deseos de un joven teniente que deseaba por todos los medios alcanzar la gloria, aún a costa de su vida.
Efectivamente el momento de la batalla llegó, y no se repara en milimétricas descripciones de heridas, armas, resplandor, barro, miedo y muerte; y de como los sentimientos del joven teniente tornaban del deseo de la gloria al deseo de sobrevivir, dándose cuenta que todo lo que valoraba en una batalla, el honor, la gloria, el reconocimiento del triunfo, el duelo por la pérdida de héroes... no cabían en la cabeza cuando lo que venía era un grupo de guerrilleros dispuestos a ser ellos los que cenaran esa noche, y no tú. El afán de gloria dio paso al deseo de supervivencia entre el hastío que ese cobarde deseo le producía y la necesidad de luchar contra sí mismo para vencer su miedo y al enemigo.
Recomiendo sin duda el libro, eso sí, para una lectura pausada, tranquila, sin prisas y sin buscar algo liviano con lo que entretenerse, ya que si no se le presta la suficiente atención, no puedes saborear la intensidad de este relato como se merece.
Puntuación: 7
Aquí Me Quedé Leyendo...
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